lunes, 20 de octubre de 2008

Mi pie izquierdo

Después de tanto camino
que juntos hemos andado,
con un doloroso aviso
de oficial comunicado,
mi pie izquierdo ha decidido
que “hasta aquí hemos llegado”.

Y aunque su hermano gemelo
tiene su misma edad y los pasos
siempre han ido en paralelo
-mismo modelo de zapato,
misma dureza de suelo-
mi pie izquierdo se ha retirado
de la carrera el primero.

No es que caminar me impida
este dolor sordo y quedo
que me aqueja cada día,
pero sé que ya no puedo
alcanzar según que cimas.

Por edad ya tengo vetos
que mis deseos limitan
y consecuente con ello,
acondiciono mi vida.

No sé si me duele más
el extremo de mi pierna
o que no me duela ya
la renuncia que conlleva.




2 comentarios:

ABACO dijo...

parece una poesía divertida, pero sé que encierra mucho dolor, no sé si te duele más el físico o el psíquico...

bueno, en realidad sí que lo se...

un beso para el alma y otro para el pie

Unknown dijo...

Los dolores fisicos, limitan las actividades cotidianas y de recreo, pero ( y aunque aconsejar siempre es facil ) no deben limitar las ganas de vivir y de hacer cosas. Amigo mio, aunque sea en muletas, sigue subiendo a las cimas, la recompensa que se recibe alli arriba es insubstituible.