jueves, 12 de abril de 2012

Veritas liberabit vos



"Veritas liberabit vos"

Falso.
La verdad no nos hará libres.

La verdad está sobrevalorada y al servicio de turbios intereses.

Está en servidumbre del mejor postor, de los vencedores, de los poderosos y se estira o se encoje según sus inquietudes.

Es casquivana, partidista y tiene tantas o más caras que la mentira.

La verdad se prostituye y se enmascara con más afeites que un carnaval veneciano.

La verdad se abandera, se alía, se conjuga, se amolda con y para la religión, la realeza, la justicia, la política, el mal llamado “bien común”…

La verdad, en estas circunstancias, destruye, ata, somete, obliga, humilla.

Y aunque la verdad fuese pura, benévola, emoliente, tampoco libera del hambre, del dolor, del yugo de quienes la imparten.

¿Es eso libertad?


La muerte nos hará libres.

Aunque los funerales, las pompas, las esquelas marquen diferencias; una vez exhalado el último aliento seremos libres e iguales.

Cuando seamos un montón de huesos mondos y lirondos o un puñado de ceniza, sea cual sea el habitáculo en el que reposemos, seremos libres.

Libres de falsas verdades, de verdaderas mentiras, de dolores, de injusticias, de expolios.

La única verdad latente y patente desde que nacemos es que, más pronto o tarde, moriremos.

Y en el intermedio al que llamamos vida, no busquemos la libertad en la verdad que nos imponen; solo vivamos y, si puede ser, sin hacer a nadie daño.

La libertad nos llegará cuando todo lo demás se acabe.





12/04/12

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