miércoles, 26 de marzo de 2008

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Duro destino.
Siempre demostrar algo.
Cuando no hay nadie
es a mi mismo.
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3 comentarios:

Rosa dijo...

Solo importa lo que nosotros sintamos acerca de lo que hacemos o dejemos de hacer. A nadie hay nada que demostrar, no nos podemos engañar... bien sabemos cuando la ruta es la equivocada, pero a veces nos empeñamos en seguirla a pesar de que nos lastima.

Mar del Norte dijo...

Somos nuestros críticos más implacables... En el corazón lo llevamos todo...
1beso

Unknown dijo...

La vida es una constante demostracion de valor y el juez mas implacable de esta competicion somos nosotros mismos. Se puede engañar a quien se quiera, menos a uno mismo.
No hay gente mas feliz que los que no se exigen nada, solo vivir, pero que vida mas vacia.
Creo en esta competicion, aunque la mayoria de las veces sufro y me hace mella, pero al final del camino siempre estoy satisfecho de la dureza del mismo. Es como la ascension a una montaña, sufres, padeces e incluso puede que te hieras, pero que placer mas inmenso cuando contemplas el paisaje en la "cima"